Ante estos resultados y, utilizando el
volumen total de recursos que propone
la Comisión Europea, el conjunto de los
países llegaría en el año 2028 a realizar
un esfuerzo del 3,4% del PIB,

Los criterios del análisis del caso es-
pañol se fundamentan en los mismos que
el caso europeo7
. Con relación al primero
de los escenarios, se ha considerado que,
partiendo del 1,28% de gasto en defensa
con relación al PIB y, considerando la
movilización de recursos de hasta llegar
al 1,5% del PIB, se situaría en el 2,7% en
el año 2028. Esto permite obtener una
senda de expansión anual como la que
se expone en el cuadro 2, llegando a un
gasto en defensa cercano a los 50.000
millones de euros en el año 2029.

El
nuevo Plan Industrial y Tecnológico para
la Seguridad y la Defensa planteado en
2025, trata de cerrar dicha laguna, aun-
que con importantes limitaciones, con
dudas de que se vaya a poder cumplir
-tanto por cuestión de periodificación
temporal y restricciones normativas,
como por capacidad de gestión, ya que
aunque se firmen compromisos de gas-
to este año, no se podrán ejecutar hasta
años posteriores-, y con incertidumbres
sobre su contenido y si éste será acep-
tado por la OTAN, aunque es posible -al
menos parcialmente-, dadas las tenden-
cias existentes en la Alianz